"Alá es un Dios,
y Mohamed un profeta
y tú eres la chica
que más quiero en el planeta"
Rafa Zouhier
Un blog de crítica de televisión
Las series están más de moda que nunca. Tanto La Sexta como Cuatro quieren identificarse como “la cadena de las series” y compiten por acumular Emys, Globos de Oro y premios Bafta. Este es uno de los pocos casos en los que la competencia entre cadenas beneficia al espectador. Un ejemplo: han comprado los derechos de la misma serie, pero en diferentes versiones. Hablo de la maravillosa “The Office”. La temporada pasada, Cuatro emitió la versión inglesa, la original.
Hay una tendencia televisiva que puede resumirse en la compleja fórmula de “Programa con Famoso”. Si hace años arrasó el “ponga un gay en su programa”, desde hace un tiempo la consigna es poner a los famosos a bailar, a patinar sobre hielo, a contar chistes o a visitar la Torre Eiffel. Ya no es suficiente con que nos enseñen a sus mascotas o que apadrinen pueblos en el “Gran Prix”.
Telemadrid no vive sólo de valenzuelas y buruagas. Hace tiempo que soy seguidora del late-night de la cadena, una verdadera experiencia televisiva llamada “Territorio Comanche”. Lo conduce Cristina Tárregas, ese diamante en bruto sin el “en” cuya afición por los bocadillos de panceta se ve que va en aumento. 



Esta vez, las hienas estaban domadas. La presa no era Raquel Mosquera o alguno de los incestuosos hermanos de Dinio, sino Coto Matamoros. Sus caras estaban tensas, aunque traían bien aprendida la lección de no dejarse intimidar. Apenas abrieron la boca y desplegaron todo un muestrario de caras de póker y sonrisas encajadoras. Lo tuvo muy difícil la periodista Ángela Portero, esa señora que va vestida de boda en cada programa y con la que el invitado ajustó cuentas personales hasta que se le bajó el cardado. Un blog de crítica de televisión