Un blog de crítica de televisión

lunes, 23 de junio de 2008

¡QUÉ TELEDIARIO TAN SUPERGUAY!

Hace ya catorce años que echó a andar el telediario de La 2. Con Lorenzo Milá descubrimos que los presentadores de noticias no nacían con corbata. Y aprendimos a ver el telediario desde el sillón, no de reojo o entre la sopa y el filete. También supimos que Lorenzo era el hermano pequeño de Mercedes, Esa Gran Comunicadora que perdía prestigio a la misma velocidad que su hermano lo ganaba. El apocalíptico y el integrado en versión saga familiar, como en el caso de los Sardá (¿tendrá Patricia Gaztañaga algún hermano en “Metrópolis”, por ejemplo?).

Tras la marcha de Milá en 2003, La 2 Noticias entró en una etapa más oscura: nuevos presentadores (entre ellos Fran Llorente, el padre del programa, pero poco telegénico), cambios de horario, de duración, de definición… Hoy, instalado en la medianoche, este telediario de autor vuelve a vivir una edad de oro. Sobre todo desde su última renovación. Dura 45 minutos, tiene entrevistas, actuaciones en directo, y una pareja de presentadores carismáticos: Mara Torres y la revelación de la temporada, Carlos “Cejaloca” del Amor. Es muy agradable encontrárselos cada noche, y eso que tienen sus cosicas….

Carlos del Amor se merecería un post entero. Si creíamos que Lorenzó Milá gesticulaba, los malabarismos de Carlos con las cejas son para pasar la gorra, y eso que lo están corrigiendo cual a zurdo en los años 50. Se encarga de los temas de cultura, pero hay en él un exceso de principios, una sobredosis de intenciones, un afán demasiado obvio por ser original y diferente. Esas entradillas, esa entonación… No, Carlos, no.
Mara Torres, en cambio, viene arropada por su experiencia en la radio. Como oyente numeraria del “Hablar por Hablar”, recuerdo el barniz literario que le daba al programa durante su etapa. Es buena, pero a mis ojos enfermos incurre en fallos imperdonables, como hablar de la magia del momento y cosas de esas. Es una periodista-escritora con cierta facilidad para ponerse intensa. Y como además la iluminan con luz de cine, a veces parece la protagonista de una peli de Garci.
Quitando estos detallitos, larga vida a La 2 Noticias. Porque te rescata de tus romerías televisivas más penosas. Un zaping casual y ¡zas!, te los encuentras, te redimes y te vas a la cama con una buen sabor de boca. Ojalá que dentro de diez años volvamos a hablar de su siguiente generación de presentadores.

lunes, 16 de junio de 2008

SIEMPRE PITITA

Lo mejor que te puede pasar un sábado de madrugada al encender la tele es encontrarte con Pitita Ridruejo. Pitita no es como el resto de Pititas del mundo, ese ejército de señoras con diminutivos sonrojantes que siempre presiden las mesas de cuestación contra el cáncer. Pitita es diferente a todas. Pitita tiene esa cosa de “la asesina fue el ama de llaves”, esa elegancia soriana, falangista e intelectual que, mezclada con sus años de Joy Eslava y sus experiencias paranormales con la Virgen, la hacen única. Hace años la ví en un programa junto a Lucía Bosé, la típica profesora enrollada, y Pitita molaba mucho más.

Sé que Pitita tiene muchos fans, pero el más grande de todos fue Francisco Umbral. Fue él quien nos descubrió al personaje con artículos de títulos tan brillantes como “Apocalipsis Pitita Now“, “Pitita levita”, “Pitita en la Atlántida” o “Pitita hacia la noche“. Umbral, con ese ojo tan especial para lo bizarro, la convirtió en un icono que sus fans actuales celebramos cada vez que Pitita aparece en televisión.

La cuestión es que Pitita estaba invitada al debate del programa de Telecinco “La Noria” para hablar de las apariciones de El Escorial. Del lado marianista (partidarios de la Virgen, no de Rajoy), la acompañaban Cuca García de Vinuesa y Paloma Gómez Borrero, dos vocaciones perdidas para un convento pero ganadas para el mundo del periodismo. También, cosas de la tele, un padre Apeles que se ha dejado una melenilla que da mucho asquito. La pobre Pitita tuvo que sufrir mucho sentada a su lado, sobre todo cuando el cura empleaba términos como “cubana sabrosona” que a Pitita le bajaban el cardado.
Del lado del demonio, es decir, partidarios de que lo de El Escorial es superstición y engaño, María Antonia Iglesias y un señor de barba. Hubo momentos de tensión entre Pitita y Antonia, que con esos dos nombres sólo pueden pelearse, pura lucha de clases predestinada desde la pila bautismal. Y eso que Maria Antonia ponía por delante que todas las mañanas rezaba el Ángelus. Hubo mucho “no te tolero que me toques a la Virgen” y mucho sentimiento hacia nuestra madre del cielo.

En conclusión, que tres señoras de la alta sociedad o de cierto prestigio dicen que la Virgen se les aparece a ellas o a los demás. Y aquí no pasa nada.
Que viva Pitita.