Un blog de crítica de televisión

lunes, 16 de junio de 2008

SIEMPRE PITITA

Lo mejor que te puede pasar un sábado de madrugada al encender la tele es encontrarte con Pitita Ridruejo. Pitita no es como el resto de Pititas del mundo, ese ejército de señoras con diminutivos sonrojantes que siempre presiden las mesas de cuestación contra el cáncer. Pitita es diferente a todas. Pitita tiene esa cosa de “la asesina fue el ama de llaves”, esa elegancia soriana, falangista e intelectual que, mezclada con sus años de Joy Eslava y sus experiencias paranormales con la Virgen, la hacen única. Hace años la ví en un programa junto a Lucía Bosé, la típica profesora enrollada, y Pitita molaba mucho más.

Sé que Pitita tiene muchos fans, pero el más grande de todos fue Francisco Umbral. Fue él quien nos descubrió al personaje con artículos de títulos tan brillantes como “Apocalipsis Pitita Now“, “Pitita levita”, “Pitita en la Atlántida” o “Pitita hacia la noche“. Umbral, con ese ojo tan especial para lo bizarro, la convirtió en un icono que sus fans actuales celebramos cada vez que Pitita aparece en televisión.

La cuestión es que Pitita estaba invitada al debate del programa de Telecinco “La Noria” para hablar de las apariciones de El Escorial. Del lado marianista (partidarios de la Virgen, no de Rajoy), la acompañaban Cuca García de Vinuesa y Paloma Gómez Borrero, dos vocaciones perdidas para un convento pero ganadas para el mundo del periodismo. También, cosas de la tele, un padre Apeles que se ha dejado una melenilla que da mucho asquito. La pobre Pitita tuvo que sufrir mucho sentada a su lado, sobre todo cuando el cura empleaba términos como “cubana sabrosona” que a Pitita le bajaban el cardado.
Del lado del demonio, es decir, partidarios de que lo de El Escorial es superstición y engaño, María Antonia Iglesias y un señor de barba. Hubo momentos de tensión entre Pitita y Antonia, que con esos dos nombres sólo pueden pelearse, pura lucha de clases predestinada desde la pila bautismal. Y eso que Maria Antonia ponía por delante que todas las mañanas rezaba el Ángelus. Hubo mucho “no te tolero que me toques a la Virgen” y mucho sentimiento hacia nuestra madre del cielo.

En conclusión, que tres señoras de la alta sociedad o de cierto prestigio dicen que la Virgen se les aparece a ellas o a los demás. Y aquí no pasa nada.
Que viva Pitita.

2 comentarios:

especies dijo...

Me ha dado un pálpito y me he asomado y resulta que después de un año parece que efectivamente has salido del arroyo.

Yo te saqué del arroyo dijo...

Bueno, a duras penas, ya sabes...
¡Qué alegrón reinaugural me has dado!